El dinero llama al dinero. A excepción de la FED, el BCE o entidades similares que crean dinero de la nada (generalmente a base de deuda), el dinero no se fabrica, sólo cambia de manos en función de lo que se quiera pagar por un bien o por un servicio.
Y quien diga que os puede hacer ricos con una mínima inversión o sin ella y en poco tiempo, no está siendo sincero (por no decir que está mintiendo). Los juegos de azar y la suerte no cuentan como métodos de inversión. Así que si queréis alcanzar riqueza en un periodo corto de tiempo, no sigas leyendo.
Sin embargo, si lo que quieres es mejorar tu situación financiera y dedicarle cierto trabajo y tiempo, sin ser un o una lumbrera, entonces, estaré encantado de acompañarte en el camino que vamos a realizar juntos en busca de la independencia financiera.
Análogamente, para que una empresa genere beneficios tiene que proporcionar un servicio o vender productos, es decir, satisfacer una demanda de un tercero que está dispuesto a pagar por ella. Todo esto cuesta dinero y en pocas ocasiones, muy pocas podemos pasar de un chaval haciendo un software en su habitación mientras estudia en la universidad (por cierto generalmente en Stanford: Google, o Harvard: Facebook) o de un grupo de friquis en un garaje haciendo un ordenador (Apple), a ser supermillonario.
El mundo está lleno de mentes privilegiadas (he tenido el gusto de conocer a más de una) que se han quedado en los primeros escalones de un futuro éxito que nunca les ha llegado, muy a pesar de su elevado cociente intelectual o de su chispeante energía y capacidad de trabajo.
Personalmente, nunca he aspirado a tanto, pero siempre he querido depender de mi mismo y por esto he elegido (no sin dar unos cuantos bandazos antes) la inversión en bolsa en empresas que reparten dividendos sólidos y crecientes como la forma de lograr mis objetivos de aumento de salud financiera a largo plazo.
Insisto en lo de largo plazo, porque esto es una carrera de fondo y no un sprint donde debo comprar acciones ahora como loco porque creo que la bolsa va a subir próximamente. No sé lo que ocurrirá mañana, ni pasado, ni dentro de X años (aunque como todo el mundo tengo una opinión), pero sí creo que donde mejor va a estar posicionado mi dinero es en este tipo de empresas que tienen capacidad de crecimiento y que además se acuerdan de sus accionistas con frecuencia para retribuirlos de forma creciente.
Los dividendos que recibo, los acumulo hasta que puedo reinvertirlos para así aprovechar el mecanismo del interés compuesto (nuestro mejor aliado). Estos dividendos, con el tiempo, deberían ser lo suficientemente amplios, seguros y estables como para considerarlos equivalentes a los ingresos de un trabajo al que ni tan siquiera tenga que ir. Aunque ojo, aquí no hay nada garantizado y hay que vigilar las inversiones.
Puede que para muchos, la inversión en bolsa sea demasiado arriesgada al no ser capaz de enfrentarse a las oscilaciones que puede presentarse en una cartera a lo largo del tiempo. En los últimos años mi cartera ha estado desde un -30% hasta un +30%. Yo sé que puedo tolerarlo (he visto posiciones por debajo del 50% y he permanecido tranquilo), pero comprendo que no todo el mundo tiene la capacidad de aguante necesaria. Si no se tiene este carácter es mejor no invertir nada en bolsa o en cualquier otro activo ligado a bolsa, ya que lo más probable es que con cada caída en la valoración de los activos, el nerviosismo les haga vender en el peor momento y por lo tanto pierdan gran parte del capital invertido.
Al encontrarnos en época de presentación de resultados trimestrales, me permito saltarme las noticias de esta semana y me centro a continuación en dar un repaso a algunos de los resultados más interesantes presentados, así que espero que sean de vuestro interés: