Vamos de camino directos al verano y la tan cacareada gran caída de los mercados no se ha producido. Ni las noticias de distintas adhesiones a Rusia con amenazas veladas y no tan veladas de todos lados han conseguido desviar los mercados de su lateralidad-alcista.
Cierto es, que no ha subido, pero tampoco ha bajado, por lo que este terreno de nadie tiene múltiples peligros. En periodos de lateralidad suelen ser los inversores de corto y medio plazo los que hacen el agosto apostando al alza en soporte y a la baja en resistencia, con el riesgo evidente de fallar en una de las predicciones e incurrir en pérdidas.
Sin embargo, los inversores a largo plazo pueden tener la sensación de no tener que invertir ahora al fin y al cabo, no hay tendencia claro... se estarían arriesgando a que el lateral se rompiera hacia abajo.
Pero no hay que olvidar el coste de oportunidad. Si no se está invertido, por lo pronto no se reciben los beneficios de ser el poseedor de un trocito de una compañía importante. Beneficios en forma de dividendo que estaríamos dejando de lado.
De todas formas....