Vuelta al trabajo

No quiero parecer desagradecido, ni mucho menos,... pero el verano se acabo y los afortunados que tenemos trabajo tenemos que volver a picar piedra (metafóricamente hablando). Ahora en todos los informativos comenzarán a repetir (si no lo han hecho ya) los típicos reportajes de: ¿cómo prolongar el bronceado durante más tiempo? y mis favoritos sobre el Síndrome post-vacacional.

Me voy a centrar en esto último ya que a mí el bronceado no es algo que me preocupe especialmente,... ya tengo bastante con no quemarme.

En primer lugar, repetir que hoy día en España sobre todo hay que estar contentos por tener un trabajo y más sabiendo que la cifra de paro asciende según la web del Instituto Nacional de Estadística (INE) al 24.63% de la población activa.

En particular hay 17,417 Mn de personas ocupadas mientras que en el paro hay un total de 5,693 Mn. Considerando que la población total del país es de 47,213 Mn, y que sólo 23,1Mn son activos nos  quedamos en que la mitad del país mantiene económicamente al otro. Pero si de la mitad que tenía que estar manteniendo al país sólo 17 Mn están ocupados mal vamos. Y si además, descontamos a los empleados públicos (funcionarios, laborales y políticos), militares (aire, mar y tierra), policías(local, autonómica, nacional), etc., que sin duda la gran mayoría hacen una gran labor (aunque otros muchos tengan muy bien ganada la fama que tienen)... la cosa es para llorar.

Dicen las malas lenguas que el trabajo de cada persona paga hoy día a otras dos en España. Esto no es sostenible, ni lógico, ni sano.

Por esto, hay que estar muy agradecidos por tener un trabajo, ya que somos un Rara Avis. Pero esto no quita que, aún y a pesar de considerarnos afortunados no tengamos derecho de mejorar nuestra posición en el trabajo, o pensar en otro trabajo, en nuestro propio negocio o sencillamente en no trabajar.

La libertad financiera no es otra cosa que tener la capacidad de decidir qué hacer durante el resto de tu vida. Es tener la capacidad de elegir lo que quieres o no hacer. Puedes elegir seguir trabajando, o viajar, o dormitar...montar un quiosco de pipas,... lo que quieras... sabes que no dependes del "capricho" de otro para vivir. Este otro un día puede ser tu jefe, el dueño de la empresa, o el representante de turno del Gobierno o ahora vemos que depende de Europa. Así que, la independencia financiera nos otorga posibilidad de elección.

Personalmente, cuando me levanto a las 6:30 para ir al trabajo, lo hago con todas las ganas que consigo sacar de mi interior. Además, intento rendir todo lo que puedo en mi trabajo, sin embargo, también digo que intento cumplir mi horario todo lo que puedo, no porque no me guste lo que haga, sino porque como sabéis los que frecuentáis este blog, valoro mucho mi tiempo y además de trabajar, me gusta hacer otras muchas cosas.

Hay muchas personas que confunden trabajar mucho con estar muchas horas en la oficina, esto es una gran bobada. Os pongo por ejemplo una frase de un jefe inmediatamente superior que tuve durante un corto periodo de tiempo "Hay que llegar al trabajo un poco después que el jefe y salir un poco después del jefe".. Buff... ¡qué triste!. 

Yo tengo un horario y punto ... el horario que tenga mi jefe no me debe importar. Él sabrá porque tiene ese horario. Yo entro cuando creo que debo, dentro del horario dispuesto por la empresa, y me voy cuando he cumplido con las horas que tengo que estar ahí. San se acabó. Si algún día, por los motivos que sean me tengo que quedar para terminar un trabajo, me quedo y no lo hago a disgusto,... además, no estoy como en las películas antiguas que se veían a los empleados esperando a que diera la hora para "picar" billete... muchas, muchas veces me despisto y "regalo" mi tiempo a la empresa. Tampoco pasa nada... mi trabajo no me disgusta,... pero desde luego, en la medida que me es posible intento más o menos cumplir mi horario, por mi, por mi familia,... y aunque no os lo creáis por la empresa... esto os lo voy a explicar ahora:

No siempre he sido así, durante mis primeros años (muchos, demasiados) he acumulado más horas que un reloj en el puesto,... turnos de 16 horas eran muy frecuentes... y sinceramente no es que no me lo agradeciera la empresa... es que mi jefe, incluso me llegó a recriminar que lo hiciera... me dijo... "sabes,... por culpa tuya no he podido contratar a nadie, porque como hacías el trabajo no necesitaba contratarles"... esta conversación que fue bastante larga y llena de revelaciones para mí con quien era mi Jefe de entonces fue el colmo de la desfachatez y lo que me hizo cambiar el chip y desde entonces actúo como ahora y creo que voy a seguir así, por siempre.

Tengo amigos (bastantes) que dicen... con suerte me moriré trabajando,... o, creo que nunca podré jubilarme (ya comentaba el pasado fin de semana la noticia que indicaba que el El 73% de los españoles teme no tener suficiente dinero para jubilarse) y no hacen nada para cambiar su situación.

Es cierto, que en estos momentos parece mucho más difícil si cabe ahorrar y no digamos ya invertir, pero debe quedar claro que lo que no hagamos por nosotros mismos no lo va a hacer nadie y mucho menos tu empresa, ni éste ni los futuros Gobiernos.

Así, que cada cual se aplique y elija el camino a tomar, ya sabéis que mi decisión fue la de invertir en empresas que reparten dividendo. Empresas sólidas y que selecciono en base a unos criterios de entrada. ¡Elegid vuestra vía!.

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Saludos